La sentencia de las cláusulas suelo va a reactivar la presentación masiva de reclamaciones judiciales contra los bancos.
Pero las entidades bancarias estaban tan pendientes como todos de esta sentencia, e iban haciendo los deberes, aprovisionando fondos, por si les salía mal. Y una vez definido el marco legal por el Tribunal Europeo, no hay que dudar que las entidades bancarias van a cumplir con él. Por eso mismo, los abogados tenemos una obligación. Si nuestros clientes son personas afectadas a las que se les abre la posibilidad de reclamar, hay que ser sensatos. No presentemos demandas por presentar. Hay que ir a negociar con las entidades bancarias, que deben de estar receptivas a esa negociación.
Presentar una demanda sin negociar puede ser una temeridad. Lo que se puede conseguir negociando no se debe intentar ante un Tribunal.
Por eso en Carrau Corporación vamos a ayudar a nuestros clientes a negociar sus intereses, en función de la sentencia del Tribunal Europeo, vamos a acompañarles a los bancos a hablar de sus derechos y conseguir su mejor atención, pero no vamos a presentar demandas de forma indiscriminada y sin antes intentar la negociación. El interés a cuidar siempre es el del cliente. La abogacía se está enfrentando a los peligros de la desnaturalización de su función fundamental, el cuidado de los intereses de los clientes. Vamos a trabajar para seguir una tradición que comenzó en 1885 de procurar siempre el interés real del cliente y sólo el del cliente.
Solo cuando una entidad bancaria se niegue a negociar, habiéndose pronunciado como se ha pronunciado el Tribunal Europeo, tiene sentido coger el camino del Juzgado. Y entonces, sí, con todas las herramientas para lograr la plena satisfacción de los derechos de nuestros clientes.
Matilde Tatay
Área de Recuperaciones/ Área de Consumo