Que parte de los residuos pueden pasar a ser una fuente primaria de generación de energía es una realidad, incipiente pero posible a gran escala. Cada español genera actualmente una media de más de 500 kilos de basura al año, lo que suma millones de toneladas y miles de vertederos por todas partes, cada vez más llenos y con un difícil tratamiento. El problema ha de ser abordado desde todas las perspectivas, valorando todas las opciones posibles y con cierta inmediatez, ya que de lo contrario la contaminación galopante que producen nuestras basuras tendrá difícil solución: basta con ver las imágenes de mares cubiertos de plástico como punta del iceberg.
La actuación de la sociedad, tanto de forma colectiva como individual, es sin duda una de las vías de solución (el COVID nos ha marcado la responsabilidad individual para evitar su propagación y acabar con él) y por ello cada uno puede, y debe, hacer todo lo posible por reducir el problema: reciclar en casa y en cada empresa es fundamental. Trabajar intensamente en la concienciación debe ser prioritario.
Buscar una segunda vida a los residuos es otra opción, más allá de amontonar los mismos en vertederos eternos. La tecnología está consiguiendo que ello sea así, aunque la apuesta sea todavía muy incipiente.
Y en tercer lugar, el reciclado de los residuos mediante su tratamiento y valorización energética en plantas de tratamiento de residuos es una opción; obtener energía de los desechos y además hacer desparecer los mismos con el consiguiente beneficio medioambiental es ideal y eso se está realizando a través de plantas de tratamiento de residuos y de biogás.
Como siempre, en cada uno de estos puntos la administración juega un papel fundamental, en la medida en que desarrolle normativa que permita y dirija a las personas y empresas hacia esos procesos, que son por el bien común y la salud de nuestro entorno y el planeta. Al igual que sucede con las fuentes de energía renovables, con todos los errores habidos, la apuesta por procesos de concienciación, reciclado y valorización energética es una necesidad urgente.
En relación a esto se ha sometido este mes de marzo a información pública el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, en cumplimiento de la obligada transposición de la Directiva (UE) 2018/851 y la 2019/904, con plazo el 3 de julio de 2021 esta última. Una norma que trata materias nunca antes abordadas, como es el concepto de economía circular, prioritario en materia de prevención de generación de residuos. Todo ello en el marco de una estrategia a largo plazo en la trazabilidad y control de los residuos. El anteproyecto abarca multitud de puntos, desde la prevención hasta los impuestos, responsabilidad del productor de residuos, la trazabilidad o el régimen de inspección o sancionador. Veremos cómo queda y en su momento lo podremos analizar.
Se trata de una norma llena de intenciones, donde tal vez se eche en falta la facilitación de los procesos y cauces para que las empresas apuesten decididamente por la valorización de los residuos en fuente de energía y con ello contribuyan más activamente en la recogida, tratamiento y desaparición de los mismos y además aporten esa nueva fuente de energía totalmente verde al mix energético de nuestro país.
Héctor Paricio Rubio
Socio de carrau Corporación